martes, 5 de agosto de 2008

Entiendo a los jefes

En el curso de Periodismo 2.0 del Centro Knight, varios colegas se quejaron porque en sus redacciones no tienen acceso a páginas web del tipo 2.0 ni a messenger. Se les restringe el acceso a Internet a lo estrictamente necesario para el trabajo. Supongo que los jefes consideran que se pueden distraer, que pueden infectar las máquinas con virus, que también pueden ser víctimas de crackers, y robo de información. Peligros sobran.

“Vaya, no somos los únicos. Ocurre en todas partes, creo que en la mayoría de oficinas y cargos”, pensé. Y me dije: Qué suertuda, yo sí puedo entrar a mi correo personal a cualquier hora, al messenger, a las páginas llamadas 2.0 y todo eso; pero no lo hago, salvo por el correo abierto permanentemente, el messenger -aunque siempre en ocupado- y páginas que uso en mi trabajo y sigo regularmente.

La verdad era que no conocía las 2.0. Corrección, debería decirlo en presente aun, no las conozco muy bien, y es algo que ya les conté antes. Por supuesto que sabía de You Tube, de Facebook, de Hi5, Myspace (algunas de las 2.0 más populares). Pero nunca abrí una cuenta personal, y -tan mala amiga yo- nunca visité las páginas a las que me invitan. ¿Por qué? No sé. Ya les he contado también que no me atrevo a poner fotos mías, menos de mi familia, ni contar mi historia al mundo.

Estaba así sintiéndome suertuda de ser una empleada libre de cara al internet, cuando empecé a seguir aplicadamente las tareas del curso que estoy llevando por internet: Pruebe con lectores y canales RSS, encuentre canales RSS y suscríbase a ellos. Elegí Google Reader, porque mi cuenta esta en gmail, mi blog en blogger, entonces, como que obvio. Ya estoy suscrita a varias páginas , búsquedas y alertas noticiosas. Sin embargo desde que lo hice no he dejado de cambiar las suscripciones, quito unas, añado otras, más búsquedas y siempre estoy haciendo algo con mi página de GReader.

Las tareas seguían, como en curso acelerado – y aplicada yo - tratando de cumplir con todo, sufriendo con el inglés -el pendiente y postergado curso- Pero dándole a las tareas entusiastamente: Cargue fotos y póngales etiquetas en Flickr, encuentre un puñado de sitios interesantes y etiquételos en del.icio.us, visite Technorati, Digg, Slashdot, Reddit y Newsvine y compare historias noticiosas.

Entrar en una página de estas es engancharse en diez más. Porque algo que no sé lo busco en Google, algo que me gusta me remite a otros, y así sin parar como andar sin límites, descubriendo y aprendiendo.

Entonces fue cuando me di cuenta que había estado más tiempo zambullida en las tareas que cumpliendo con los pendientes por escribir para el trabajo, con lo que termino dándole la razón a los jefes porque quienes empezamos con esta novedad de conocer la web 2.0 nos sumergimos con todo, y postergamos el mundo exterior. Así que decidí que es hora de establecer algo así como un horario de atención a internet. Fue con la mejor intención del mundo. Con toda la decisión y fuerza de una periodista comprometida con su trabajo y que ama lo que hace. Pero...
No he podido cumplirlo como quisiera. Aquí estoy colgando este post que se me quedó de hace unos días, con varios pendientes, y acumulando trabajo, aunque felizmente aprendiendo y aprendiendo y aprendiendo.

He concluido que por ahora lo que me hace falta es aprender a administrar mi tiempo y la información que recibo.

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