Ahora está tomada la carretera central por un reclamo de los trabajadores de la empresa Doe Run. Son más de 20 kilómetros capturados por los protestantes que demandan cumplimento de sus demandas laborales.
El gobierno se ha apresurado a decir que es un problema empresarial, mientras que los trabajadores exigen que el gobierno intervenga, a través del ministerio respectivo, o sea el de Trabajo.
Que es un reclamo de años, que otros gobiernos lo dejaron pasar, que no se afecte el transporte de víveres, que no se afecte a los pasajeros, que si ni tomamos la vía no nos atienden. Frases del lado oficial y del lado ciudadano. Y la prensa cubriendo todo, cada uno a su manera.
Y mientras tanto la tele bailando, la tele con transformers, la tele llena de pistolas, cuchillos, y salpicada de rojo. La crónica policial dominando la pantalla plana.
Dónde ocurren los diálogos -aunque sea de sordos- dónde están las conversas entre dos personas que piensan distinto en torno a un tema, dónde están las demandas de la población ya sean contra el gobierno o contra la empresa privada, o contra su alcalde o contra el que sea. Por qué no aparecen los ciudadanos comunes y corrientes, los que cuyo nombre termina en su apellido y no tienen cargo detrás para ser nombrados.
Hace unos meses, en Pacasmayo, un adolescente fue asesinado por una bala mientras trataba de llevarse una bolsa de fideos de un trailer que había volcado. Una turba violenta apedreó la comisaría, quemó dos motocicletas asignadas a la policía y dañó también un patrullero porque se sospechaba que el autor del disparo había sido un policía. Al día siguiente la prensa regional y nacional estuvo aquí. Necesitaban imágenes del momento violento. Alcanzaron a escuchar los reclamos de la familia, de los amigos, y fueron testigos que esa misma familia pidió justicia pero también calma: no más violencia. Los propios deudos contuvieron la rabia contenida de muchachos que se desbordaban. Ellos mismos ahora me preguntan dónde está la prensa, por qué no informan qué pasa con el proceso del policía Josmell Marrerros, que fue involucrado y sindicado como el autor del disparo.
Probablemente estemos siguiendo el nuevo hecho corrupto descubierto en una municipalidad, o en un gobierno regional, probablemente siguiendo una nueva protesta en un pueblo de la sierra liberteña, tras los ronderos de Pataz, seguro en la carretera central tras los mineros que reclaman contra Doe Run. Probablemente ya nadie en la selva. Todos siguiendo una agenda impuesta por el desgobierno, por el estado ausente, y sin tiempo para replantearnos si los espacios informativos bastan, si no son necesarios más espacios para el diálogo, si no son necesarios más espacios para el ciudadano y la ciudadana comunes y corrientes, si no necesitamos hacer escuchar menos comentarios "especialistas" y más voces de la calle.
¿Cuál es el papel de los periodistas? ¿Cómo enfrentamos la avalancha de acontecimientos y cómo alzamos la mirada para poder observar y analizar todo cuanto ocurre y no quedarnos en simples notificadores de lo acontecido?
martes, 23 de junio de 2009
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