martes, 16 de septiembre de 2008

Sí claro, la prevención

Me acaba de llamar un padre de familia. Está agobiado, su hija se suicidó. Qué dolor tan grande debe ser perder a un hijo, mucho más perderlo porque decidió irse con sus propias manos.
Ignoro los detalles porque un colega asignado al caso todavía no reporta su nota.
Sin embargo minutos antes, cuando otro colega llamó para informar que una joven se había suicidado y se esperaban resultados de autopsia en la morgue, me quedé pensando. Y es que este colega conoce a la familia (cómo no, en un pueblo de 30 mil personas) por lo que naturalmente se sentía limitado de cubrir el caso.


¿Y es realmente necesario publicar noticias sobre suicidios?, me pregunto.
Me sigo preguntando, Cuál es la finalidad. Claro, más allá de saber que alguien a quien no conozco o esta otra persona a quien sí conozco ya no quería estar más en este mundo y decidió irse cuando se le dio la gana; o cuando no pudo más con sus temores y la enorme tristeza que sentía.
Supongo que es importante en la medida que todos se conocen en este infierno grande. O conocen al esposo de, o al hijo de, o al papá de, o a la comadre de, o a la amiga de, por lo que si no conocieron a la víctima directamente, sí indirectamente a través de otros. ¿Sería este un punto a favor de la necesidad de divulgar la información? ¿A esto se refieren cuando hablan de la proximidad de la noticia?


No me provoca gastarme en el asunto del sensacionalismo, ni la crónica roja que vende, o la morbosidad en quienes demandan la información. Estoy pensando en escrito, si yo podría dejar de publicar informaciones de este tipo; o si estoy obligada –como periodista- a cubrirlas y reportarlas, o sea hacerlas públicas.


Si tengo que, prefiero recurrir al argumento de que se busca evitar que nuevas muertes como ésta ocurran y que podríamos o deberíamos enfatizar el tema preventivo, y entonces consultar con el psiquiatra, mostrar casos de suicidios, advertir las señales de depresión que pueden terminar en suicidio, orientar a dónde se puede acudir. Un material enorme por trabajar, que contrasta con la falta de espacio para publicar, con la falta de tiempo para cubrir, sin considerar qué dirá el público, que es el mercado objetivo, el que finalmente decidirá si le interesa el tema desde esa óptica.


Claro que ya no es mi tarea hacer que los padres hablen con hijos, que los maridos hablen con sus esposas, en suma que en las familias se escuchen, se miren a los ojos, se den cuenta de que las depresiones tienen que atenderse, que se puede tratar de una enfermedad que puede matarte, como el cáncer al que todavía le tememos tanto. Solo que esta enfermedad no se ve, solo se siente, y la puede estar padeciendo solitariamente alguien de nuestro entorno, en oscuro silencio.
Así que si todos los días se publican informaciones sobre suicidios y las estadísticas no cambian para disminuir, solo para aumentar. Algo más está pasando.


Estamos hablando de muertes autoprovocadas. Muertes de niños, de adolescentes, de adultos, de ancianos. No importa la edad. No importa con qué. O tal vez sí, según los psiquiatras. O tal vez sí, según el morbo de la teleplatea que demanda detalles. Para qué publicamos todas las informaciones sobre suicidios, si estos siguen pasando. Si la prevención no funciona. Si las muertes no se evitan.


El pedido del señor que me llamó era que no se publicara la información sobre su hija. Le dije que no podía prometerle nada. La siguiente pregunta que me asaltó fue. Cuántos que tienen conocidos en medios de comunicación pueden evitar la divulgación de un intento de suicidio, o de un suicidio, o de un delito cualquiera. No es justo para el que no tiene padrino periodista. Terminaré diciendo que nunca me gustó cubrir los eventos policiales; la crónica roja que le llaman.

2 comentarios:

  1. Gracias por tu posición y por un punto de vista diferente. Es sincero, es realista. Nosotros, los seres humanos, disfrutamos con los detalles de la crónica roja. Porqué? Porque nos interesa rebucar en vidas ajenas lo que no nos corresponde. Queremos saber los detalles y más. Pero, nos hemos detenido a pensar en el dolor de la familia y de la persona que decidió dejar este mundo. No! Se que es difícil entender o tratar de entender porqué se suicida una persona. Nunca critico o trato de entender. Son sentimientos ajenos que nadie puede sentir, solo la persona que los vive. Acabo de escuchar el caso de un joven de 18 años. Se suicido. Que tonto! Escuché. A mi me duele cada suicidio. No importa la edad -o los elementos socio-económicos alrededor de la persona- porque cada trágico escape disfrazado en suicidio es la calma de un alma desesperada. De un alma que no se adaptó a un mundo tan complicado y que no pudo continuar la lucha de sobrevivencia. Siempre escucho que la vida no es fácil y estoy totalmente de acuerdo. El mundo es cruel. Nos hemos detenido a pensar en lo que pasa a nuestro alrededor? Las noticias diarias muestras altos índices de pobreza, explotación de seres humanos por otros seres humanos, asaltos, ataques físicos y asesinatos que estrecemen el alma. Sin mencionar o detallar casos de corrupción que los encontramos en cada esquina. Este es un mundo cruel y no lo vamos a cambiar. Lo peor, ya nos hemos acostumbrado a él y poco nos afecta. Sin embargo, existen seres humanos que nunca se adaptan y sólo necesitan de una pequeña o extrema excusa para partir. Sólo pido que no disfrutemos con la despedida de una vida sino que ofrezcamos un minuto de nuestro día para revisar nuestra alma y evaluar que hemos regalado a las personas a nuestro alrededor. Una sonrisa y un mensaje de apoyo emocional que fortalezca a un alma? Que es lo mínimo que podemos ofrecer ... O una critica, una mirada de fastidio, de enojo, de aburrimiento? Un mensaje de rechazo que nadie desea recibir. Somos una sociedad negativa. Donde los mensajes positivos no tienen lugar y mientras no cambiemos esas raíces tan dañinas, nuestros seres queridos partirán solos de este mundo sin avisar o sin tratar de recibir ayuda. No pude evitar dejar caer unas lágrimas cuando leí este mensaje. Mis sinceras condolencias para la familia.

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  2. Gracias por tu posición y por un punto de vista diferente. Es sincero, es realista. Nosotros, los seres humanos, disfrutamos con los detalles de la crónica roja. Porqué? Porque nos interesa rebucar en vidas ajenas lo que no nos corresponde. Queremos saber los detalles y más. Pero, nos hemos detenido a pensar en el dolor de la familia y de la persona que decidió dejar este mundo. No! Se que es difícil entender o tratar de entender porqué se suicida una persona. Nunca critico o trato de entender. Son sentimientos ajenos que nadie puede sentir, solo la persona que los vive. Acabo de escuchar el caso de un joven de 18 años. Se suicido. Que tonto! Escuché. A mi me duele cada suicidio. No importa la edad -o los elementos socio-económicos alrededor de la persona- porque cada trágico escape disfrazado en suicidio es la calma de un alma desesperada. De un alma que no se adaptó a un mundo tan complicado y que no pudo continuar la lucha de sobrevivencia. Siempre escucho que la vida no es fácil y estoy totalmente de acuerdo. El mundo es cruel. Nos hemos detenido a pensar en lo que pasa a nuestro alrededor? Las noticias diarias muestras altos índices de pobreza, explotación de seres humanos por otros seres humanos, asaltos, ataques físicos y asesinatos que estrecemen el alma. Sin mencionar o detallar casos de corrupción que los encontramos en cada esquina. Este es un mundo cruel y no lo vamos a cambiar. Lo peor, ya nos hemos acostumbrado a él y poco nos afecta. Sin embargo, existen seres humanos que nunca se adaptan y sólo necesitan de una pequeña o extrema excusa para partir. Sólo pido que no disfrutemos con la despedida de una vida sino que ofrezcamos un minuto de nuestro día para revisar nuestra alma y evaluar que hemos regalado a las personas a nuestro alrededor. Una sonrisa y un mensaje de apoyo emocional que fortalezca a un alma? Que es lo mínimo que podemos ofrecer ... O una critica, una mirada de fastidio, de enojo, de aburrimiento? Un mensaje de rechazo que nadie desea recibir. Somos una sociedad negativa. Donde los mensajes positivos no tienen lugar y mientras no cambiemos esas raíces tan dañinas, nuestros seres queridos partirán solos de este mundo sin avisar o sin tratar de recibir ayuda. No pude evitar dejar caer unas lágrimas cuando leí este mensaje. Mis sinceras condolencias para la familia.

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