lunes, 15 de septiembre de 2008

Mis excusas y sin promesas

Por poco y me paso un mes sin escribir. En el curso de Periodismo 2.0 me jalarían por no cumplir con el requisito principal de la web 2.0: publicar a diario.

Veamos mis excusas:
Mi precioso enfermó, le siguió mi preciosa, una buena mano derecha se fue de vacaciones un mes y su reemplazo demora en aprender; mi laptop está lentísima, se cuelga y despierta mi impaciencia; tengo otro curso que atender los fines de semana ... y finalmente preferí dormir cuando pude antes que sentarme a abrir mi cuenta de blogger.

Lo que no he dejado de hacer es seguir otros blogs (descubrí muchos); leer mucho en internet; seguir modificando mi google reader; mantener al día mi palm; en fin creo que no me he desconectado de lo que aprendí en las acelaradas semanas que duró el curso de Periodismo 2.0. Aunque sigue pendiente aprender nuevos recursos para blogs y ponerlos en práctica aquí.

Por ahora sigo embarcada en otro curso, uno que llevaba paralelamente y que es Liderazgo para la Transformación, que dictan la UPSMP y la CAF en Trujillo. Así que me toca viajar a la capital departamental los fines de semana que se dicta el curso. La tarea final será presentar un proyecto obviamente relacionado con el curso, pero también con la comunidad, y que aspire a contribuir en algo dentro de la sociedad. En eso estoy pensando, además de los otros pendientes (¿alguien dijo Reporteros Escolares?).

En los últimos días seguí un taller sobre transparencia y el derecho al acceso de la información pública, un par de sesiones de concejos municipales y las conversas de siempre con las personas de a pie que tienen algo de qué quejarse por lo que hacen o no hacen sus gobernantes. Así que me está dando vueltas en la cabeza que trabajaré un proyecto relacionado con gobiernos-ciudadanos-acceso a la información-haceres ciudadanos. Ya les contaré qué resulta. Por ahora me aprovecho del blog para ordenarme y no perder las ideas.

No me comprometo a nada, aunque espero alcanzar la rutina de escribir aquí diariamente, aunque llueve, truene, caiga niega y ocurra el milagro de que nuestros gobernantes (hablo de los locales) escuchen y atiendan a los ciudadanos más allá del blablablabla demagógico.

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