Cinco meses después aquí estoy frente a una nueva página en blanco de mi abandonado blog. De vez en cuando pienso en los temas pendientes para escribir aquí. La lista crece y como no encuentro el espacio los temas se pasan y algunos los olvido. Otros me persiguen. Como me persigue cada noche el pensamiento de que el titular pudo ser mejor, que me faltó una foto, que postergué otra vez la inactual. ¿Por qué nunca se puede quedar satisfecho con el trabajo realizado? ¿Por qué generalizo como si les pasara a todos? Cada día encuentro que mi nota pudo ser mejor.
Y aquí estoy siguiendo un nuevo taller.
Abre paréntesis.
Tampoco es que estuve de relajo entre setiembre y ahora. Hice un curso de liderazgo con la UP San Martín de Porres. Creo que ya no estoy muy interesada en su maestría sobre gobernabilidad, aunque la especialidad sí.
Cierra paréntesis.
En fin estoy en un taller con el maestro Eloy Jaúregui. Recién lo conozco en persona, aunque me he leído de un tirón varias de sus crónicas, no me fastidia lo recargado, aunque en lo personal prefiero lo que el diseño moderno ha bautizado como minimalista.
Tenerlo cerca es ver la firma al final de sus escritos. El rosario morado, la cadena gruesa de oro, las camisas de colores. Quién es Eloy Jaúregui. Cómo es el periodista. No parece tener mucha paciencia. Siento que se esfuerza para guiar a los que asisten a este curso. Se supone que es para periodistas, sobre cómo mejorar la redacción. Intenta enseñar cómo abrir un blog.
domingo, 22 de febrero de 2009
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